Teatros en San José, Costa Rica:
Teatro Nacional, Avenida segunda entre Calle 3 y 5. Teléfono: +506 2221-5341
Teatro Melico Salazar, Avenida segunda, entre Calle 0 y 2, San José. Teléfono: +506 2233-5172
Auditorio Nacional, Museo de los Niños, San José. Teléfono: +506 2222-7647
Teatro Oscar Fessler (Taller Nacional de Teatro), Barrio Escalante, San José. Teléfono: +506 2221-1273
Teatro Arlequín, Calle 13, Avenida Central y 2, San José. Teléfono: +506 2221-5485
Teatro Chaplin, Calle 11 y 13, Avenida 12, San José. Teléfono: +506 2221-0812
Teatro Del Ángel, Calle 13 y 15, Avenida Central, San José. Teléfono: +506 2222-8258
Teatro De La Danza, Calle 11, Avenida 3 y 7, San José. Teléfono: +506 2222-2974
Teatro De San José, Calle 15, Avenida 8 y 10, San José. Teléfono: +506 2222-2624
Teatro El Triciclo, Calle 15, Avenida 8 y 10, San José. Teléfono: +506 2222-2624
Teatro José Joaquín Vargas Calvo, Calle 5, Avenida Central y 2, San José. Teléfono: +506 2222-1875
Teatro La Aduana, Calle 25, Avenida 7 y 9, San José. Teléfono: +506 2257-8305
Teatro La Comedia, Calle 11 y 15, Avenida Central, San José. Teléfono: +506 2233-2170
Teatro La Esquina, Calle 21, Avenida 1, San José. Teléfono: +506 2257-0223
Teatro La Máscara, Calle 13, Avenida 2 y 4, San José. Teléfono: +506 2222-4574
Teatro Laurence Olivier (Sala Garbo), Calle 28, Avenida 2, San José. Teléfono: +506 2222-1034
Teatro Lucho Barahona, Calle 11, Avenida 6 y 8, San José. Teléfono: +506 2223-5972
Teatro 1887, Calle 11, Avenida 3 y 7, San José. Teléfono: +506 2257-5524
Teatro Molière, Calle 13, Avenida 2, San José. Teléfono: +506 2222-5281
Teatro Sala de la Calle 15, Calle 15, Avenida 2, San José. Teléfono: +506 2223-7482
Teatro Torres, Calle 11 y 13, Avenida 8, San José. Teléfono: +506 2256-4295
Teatro Variedades, Calle 5, Avenida Central y 1, San José. Teléfono: +506 2222-6108
Teatro Giratablas, Frente a KFC, Barrio La California, San José. Teléfono: +506 2253-6001
Teatro Eugene O’Neill, Calle 37, Avenida 1 y 3, Barrio Dent, San José (Centro Cultural Costarricense Norteamericano). Teléfono: +506 2207-7554
Teatros en el Valle Central:
Teatro de Bellas Artes, Escuela de Artes de la Universidad de Costa Rica, San Pedro. Teléfono: +506 2207-4095
Teatro Montes de Oca, Universidad de Costa Rica, San Pedro. Teléfono: +506 2207-4595
Teatro Espressivo Pinares, Centro comercial Momentum Pinares en Curridabat. Teléfono: +506 2221-5341
Teatro Mozart, San Francisco de Dos Ríos, San José. Teléfono: +506 2217-0905 / +506 2271-0910
Teatro Abya Yala, Torres del Colegio de Costa Rica en el FANAL. Teléfono: +506 2297-1663
Teatro del Conservatorio Castella, Contiguo a la Agencia Datsun, Sabana Norte. Teléfono: +506 2232-0265
Teatro Dionisio, Café Britt carretera a Barva, Heredia. Teléfono: +506 2277-1600
Teatro Municipal de Alajuela, Costado Noroeste del Parque Juan Santamaría, Alajuela. Teléfono: +506 2436-2362
Teatros en Puntarenas:
Teatro Galerón Cultural Aspinall-Murray, Monteverde, Puntarenas. Teléfono: +506 2245-5003
Teatro Dominical Little Theatre, Costa Ballena, Dominical, Puntarenas. Teléfono: +506 2787-8007
El Teatro en Costa Rica:
La actividad cultural empezó a florecer durante los últimos 100 años, y el teatro no ha sido la excepción, ya que se desarrolló intensamente durante ese período. Durante los comienzos, el teatro costarricense se basó en la tradición religiosa, en sus costumbres y en los temas históricos.
Son Ricardo Fernández Guardia (Magdalena, 1902) y Carlos Gagini, quienes elaboran los primeros modelos de representación dramática del lenguaje y la vida costarricense. Seguidamente, parte del teatro se orienta hacia el drama de intención social; como por ejemplo, la obra «María del Rosario»de Daniel Ureña, y «El pobre manco» de Gonzalo Sánchez Bonilla. Surge también otra tendencia enfocada en los temas del amor y el matrimonio desde una perspectiva que interioriza los problemas sociales e ideológicos. Algunas de ellas fueron «Cuento de amor» de Ernesto Martén y «La última cena», «El retorno» y «¡Nada!», de José Fabio Garnier entre 1921 y 1929.
“El combate», en 1914 de Eduardo Calsamiglia, es la obra costarricense del período que más se ajusta a los cánones tradicionales de ese género dramático y una de las obras mejor construidas, estructuradas y elaboradas.
Los dramaturgos de la segunda década del siglo XX, se definen en parte por una percepción de la realidad en cuanto a lo que obra de arte se refiere. Es el esteticismo, herencia modernista, que ellos asumen como una forma de protesta contra la sociedad. Siendo Héctor Alfredo Castro Fernández, dramaturgo apartado del regionalismo e influido por la vanguardia europea, uno de los mas importantes que escribió alrededor de quince piezas dramáticas, la mayoría en francés.
Otros autores fueron más conservadores, relegando a la mujer a papeles sumisos y al hombre un rol patriarcal. En general, la escena costarricense se mantuvo alejada durante esos años de las novedades del teatro latinoamericano independiente, popular o experimental. Por el contrario, se rechaza cualquier forma de irracionalismo y se insiste en guiar al espectador en todo momento. Estas son formas propias de corrientes tradicionales de estética teatral, muy alejadas del teatro absurdo y el teatro surrealista que se producía en otros países en la misma época.
Después de un vacío de varias décadas, se da un resurgimiento de la producción y la representación teatral en el país. En el conjunto de los escritores nacidos entre 1920 y 1934 nace un destacado grupo de dramaturgos, se trata de los conocidos Alberto Cañas: “La segua” y “El luto robado” (1962 ), Daniel Gallegos: “En el séptimo círculo” (1982), “La casa” (1972) y “La colina” (1968); y Samuel Rovinski: “Un modelo para Rosaura” (1974), “Las fisgonas de Paso Ancho” (1971) y “El martirio del pastor” (1983). El teatro escrito por estos autores se puede comprender dentro de ciertas líneas temáticas, especialmente la política y la crítica social, y por otro lado, la temática existencialista. A esto se suma el conocimiento mostrado por los dramaturgos de las técnicas y las orientaciones del teatro contemporáneo, pro ejemplo, el teatro surrealista y el teatro del absurdo.
El resurgimiento de la escritura dramática de estos años se debió mucho a la importante labor renovadora de los dramaturgos y a la actividad, poco estudiada, de numerosos grupos, directores, compañías y actores. Se renovó así la escena costarricense que, tras el auge de los primeros decenios del siglo, había decaído notablemente más o menos a partir de 1930.
Al igual que la narrativa de esta época, una parte de la producción teatral muestra una preocupación especial por la identidad cultural, lo que se manifiesta generalmente en elegir una temática de corte histórico: Lupe Pérez Rey: “Pancha Carrasco reclama” (1988), “Aguirre, yo rebelde hasta la muerte” (1991), Tatiana Lobo: “El caballero del V centenario” (1989), Juan Fernando Cerdas: “Juana de Arco” (1986) y “1856” (1984). Por otro lado, también el tema del tiempo de Fernando Durán: “Billy come back” (1994) y el de la relación entre clases sociales: de Quince Duncan: “El trepasolo” (1989).
Es tal vez en estos años cuando el teatro del país asume una función conocida en otros ámbitos, es decir, la activación de la función política del texto y la representación. Algunas de estas obras fueron consideradas por los espectadores de la época como las verdaderas representativas de las inquietudes de la generación.
Actualmente, el público se deleitará en comedias acerca de los actuales acontecimientos políticos o sociales, clásicos o contemporáneos, que se desempeña en una sorprendente variedad de teatros, algunos grandiosos (Teatro Nacional y Teatro Melico Salazar), algunos pintorescos, y algunos más sencillos.